25.7.16

Con los pies sobre la tierra, es dificil volar.

Cuando regresé a Buenos Aires, hace 7 meses exactamente, tenía las ideas prácticamente claras y los objetivos plasmados en una serie de circunstancias que no eran para nada parecidas a lo que son ahora.
Lo que creía que eran metas o sueños, fueron desvariando y cambiando tal como iban corriendo los días. Al fin y al cabo lo que parecía el mejor trabajo en mucho tiempo, o la compañía de la persona que creí el amor de mi vida, se fueron convirtiendo en pensamientos borrosos, que lograron sacar a la luz, la persona que por dentro seguía tapando sueños y esperanzas de lo que realmente significa vivir.
Cantar, reir, bailar y viajar- ¿Cómo pude olvidar durante tanto tiempo mis verdaderos propósitos en este planeta?

Paralicé unos meses para por fin darme cuenta que estaba perdiendo mi tiempo, mi espacio y mi vida.
Pronto todas aquellas cosas que estaba queriendo tapar, regresarían solas, porque así debe ser.
Muchas veces cometí el error de creer que un trabajo estable y una vivienda cómoda en el centro de Capital, sería todo aquello que me haría felíz. Sin embargo, cuando tus verdaderos sueños empiezan a caerse por tener demasiado los pies sobre la tierra, es allí donde debemos pensar en volver a volar.
Y a eso vamos...


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